jueves, 1 de diciembre de 2011
miércoles, 4 de noviembre de 2009
La casa de Camilo
Había una vez un cuento poco usual, sin princesas ni hadas; había una vez un cuento, el cuento que te estoy narrando. Primero te debo presentar a Camilo, ese personaje bonachón al que todos creen conocer, el silencioso y servicial, confiable y predecible. Tiene una casa normal, un empleo normal, un perro normal, una vida totalmente común.
Todos los días Camilo va a su empleo como cajero en el supermercado, y cual jornalero trabaja arduamente hasta el final de la tarde, toma el autobús de las siete y llega a su casa; pero a continuación inicia una actividad un tanto anormal, comienza a interactuar con lo que para cualquiera sería aire, pero para Camilo esto es algo más, a partir del momento en que cruza su puerta nuestro protagonista comienza a ver un mundo que no está presente para todos, este mundo puede tornarse un poco abstracto para aquellos que piden una descripción en palabras.
El sótano de la vieja casa de Camilo deja de ser oscuro y húmedo y comienza a ser un viñedo, en el cual trabajadores dan inicio a su vendimia con una colorida fiesta, en la que sirven manjares como mendrugos, queso rancio y vino. En este lugar Camilo no es tan invisible como en el mundo real, es un poco irónico, como sacado de una sátira, en el mundo real Camilo es invisible, pero en el mundo invisible de Camilo él es tan real como el universo que a través de catalejos los hombres contemplan con fascinación.
A veces la invisibilidad de Camilo en el mundo exterior llega a afectarle, lacerando su alma, pero al llegar a casa las cargas emocionales del exterior comienzan a tornarse veleidosas y todo parece ser mejor.
El mejor amigo de Camilo se llama Ogim, este personaje es mesurado, taimado y tan consolador como un cobertor en una noche de invierno. Cuando llega Camilo a casa devastado cual erial siempre es Ogim quien logra alegrarlo y darle esperanzas para un nuevo día.
Tal vez el mundo de Camilo no es real, pero le ayuda a sobreponerse a las penurias de cada día. Puede que todos algún día necesitemos sumergirnos en la fantasía, en aquel sitio donde la negación reine y la realidad se convierta en una borrosa pesadilla.
Este escrito también fue un trabajo, la mayoría de las palabras rebuscadas eran obligatorias.
miércoles, 7 de octubre de 2009
Frases (i)lógicas
- "Te odio porque me gustas".
- "Sólo uñas y algo más" (nombre de una tienda en Valencia).
- "No tengo nada" (yo tampoco tengo nada, tengo algunas cosas).